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domingo, 22 de julio de 2012

Palabras

Buenas cosmopolitanos y cosmopolitanas!

Esperaba escribir el lunes hablando de alguna serie o película y hacer una buena crítica, o hablar de alguna cosa interesante. Hoy sin embargo Dena necesita desahogarse y ya le ha comido el coco a Boor. 

Pues bien, hoy hablare de las palabras. Las personas tenemos muchas peculiaridades pero considero que las palabras son el arma más poderosa. Para este caso sirve la cita de un filósofo y dramaturgo alemán llamado
 Johann W. Goethe; No es prudente poner gran confianza en las palabras pronunciadas en momentos de emoción. Quiero decir con esto que las palabras dichas con ira quedan hiriendo para siempre, y es algo que me ha hecho filosofar hoy.

Las palabras son nuestra tarjeta de visita, nuestras aliadas, nuestra defensa, nuestra manera de expresar las cosas, lo que nos permite ser seres distinguidos de los animales. Sin embargo nos va también el silencio.
Se dice que se puedes adivinar mucho por escuchar la forma de hablar de alguien pues es el espejo de los pensamientos. Hay individuos que la controlan más o menos.
¿Cuántas veces hemos dicho eso de "no tendría que haber dicho eso"? ¿O cuántas veces nos arrepentimos de nuestras palabras? ¿En cuántas ocasiones nos habría gustado añadir unas palabras o quitarlas? 
Hoy estoy pensando en eso y personalmente me viene a la cabeza la cuestión de cómo es posible que te digan lo más bonito y lo más dañino del mundo el mismo día,(y que no provenga de la misma persona por supuesto.)
El valor de las palabras es algo muy importante en las relaciones humanas, pues a menudo no las aceptamos como son, y necesitamos hechos que las corroboren. Necesitamos pruebas, contratos, firmas, promesas...etc. para demostrar que las palabras que pronunciamos son ciertas. Todos los seres humanos las necesitamos, y son nuestro billete al paraíso o nuestro castigo.
Hay veces que por mucho mal que hagas unas palabras pueden solucionarlo todo, y en otras ocasiones eso no basta. Hay que saber escuchar y saber hablar y hoy, me he dado cuenta que se me da mejor hablar (bueno, Dena ya lo sabía, sólo es que no quiere marcar los defectos innecesariamente) y no me ha sentado muy bien que digamos ¿Qué hacer cuando sabes que tienes un comportamiento que deberías de cambiar y que no haces? Somos muy vagos los seres humanos (todos, y yo también).

Un "te odio" o un "perdóname" son polos opuestos pero permitidos en nuestras opciones. Hay palabras que han liquidado algo que había antes y otras que han construido algo nuevo. Hay palabras que arrasan como un huracán y otras que te hacen sentir la persona más afortunada del mundo. Hay palabras que nos elevan hasta el cielo y otras por desgracia, nos hacen caer de las nubes a la cruda realidad. Hay palabras cortas y palabras largas. Palabras que vale la pena escuchar y otras que no.

 Sean como sean son lo más valioso que tenemos y nosotros y sólo nosotros decidimos cómo usarlas. Sé que es algo hipócrita pues ni yo misma soy capaz de enfrentarme a mi carácter, tomar responsabilidad por todas las cosas que merezcan mi atención y saber decir SI o NO cuando hay que hacerlo. Quiero pedir algo a las personas que lean esto (que es posible que hace muchas actualizaciones puse) y es que no desperdiciéis vuestro tiempo odiando pues la vida es muy corta para eso. Prometed lo menos que podáis y que si lo hacéis, cumplidlo. Decid "te quiero" sólo si lo sentís y por supuesto, pedid perdón aunque consideréis que os lo tendrían que pedir a vosotros primero. Es muy difícil, no os lo voy a negar, pero vale la pena.

Usad las palabras bien, pues es la diferencia entre muchas cosas. Las palabras son nuestras elecciones, y conllevan consecuencias, al igual que los actos. Somos dueños de nuestras palabras y de nuestro destino.



Si Dena dice que todo irá genial, va a misa.




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